(fue pensando en un palomo)
Se venía desplumando desde kilométricos meses.
Raída su belleza y perdida su luz, sus réplicas a los comportamientos de cortejo eran insulsas repeticiones de antiguas fórmulas alguna vez eficientes.
La apática y formal interacción con los demás ejemplares, la ubicaban en su pilar cada vez más alto, más seco, más solo.
Aún existían en ella ganas de volar y cantar, y eventualmente sus ánimos de escapar entre los barrotes auto-impuestos comenzaron a crecer.
Algunos días se limitaba a contemplar el exterior con nostalgia por aquellos estados de libertad acompañada, y otros días exploraba su celda intentando recordar dónde había escondido el cerrojo de su propia reclusión.
También existía la cómoda expectativa de ser rescatada desde el exterior, aunque reconocía lo pasivo y holgazán de estos pensamientos.
Tiempo después, al dejar de pensar obsesivamente en una escapatoria, las frías barras, antes fuertemente sostenidas, fueron doblegándose, ablandándose, hasta dejar espacios cada vez más amplios.
Y al dejar de tratar de volar forzosamente y con desplumados miembros, empezó a bailar, a girar, a saltar, a elevarse.
Sola, con sus movimientos, llenaba ahora con luminosa materia el aire y espacio de su anterior encierro.
Raída su belleza y perdida su luz, sus réplicas a los comportamientos de cortejo eran insulsas repeticiones de antiguas fórmulas alguna vez eficientes.
La apática y formal interacción con los demás ejemplares, la ubicaban en su pilar cada vez más alto, más seco, más solo.
Aún existían en ella ganas de volar y cantar, y eventualmente sus ánimos de escapar entre los barrotes auto-impuestos comenzaron a crecer.
Algunos días se limitaba a contemplar el exterior con nostalgia por aquellos estados de libertad acompañada, y otros días exploraba su celda intentando recordar dónde había escondido el cerrojo de su propia reclusión.
También existía la cómoda expectativa de ser rescatada desde el exterior, aunque reconocía lo pasivo y holgazán de estos pensamientos.
Tiempo después, al dejar de pensar obsesivamente en una escapatoria, las frías barras, antes fuertemente sostenidas, fueron doblegándose, ablandándose, hasta dejar espacios cada vez más amplios.
Y al dejar de tratar de volar forzosamente y con desplumados miembros, empezó a bailar, a girar, a saltar, a elevarse.
Sola, con sus movimientos, llenaba ahora con luminosa materia el aire y espacio de su anterior encierro.
(felices 10 meses, gas)
2 comentarios:
:)
Felices 10 meses Judi.
gracias por linkear The uncoolhunter.com
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